Los productos de belleza llevan siglos siendo parte de la sociedad, si bien estos han ido evolucionando a medida que lo hacían las necesidades de sus consumidores potenciales. Así, hoy en día, hay una inmensa variedad, que van desde aquellos para el cuidado de la piel y el cabello hasta maquillaje, perfumes y otros artículos de tocador. Esta amplia oferta unida a la rotura de ciertos estereotipos y al cada vez mayor peso de ciertos
en los últimos años. Eso sí, y a pesar de que los datos de los últimos tres años dejan constancia de que la crisis ha quedado atrás, este mercado no fue capaz de evadir el impacto de la pandemia de COVID-19. De hecho, por primera vez en dos décadas, el sector registró una caída de su facturación en 2020. Ahora bien, si hubo un segmento que sufrió especialmente fue el del
, ya que sus ingresos con respecto a 2019 se redujeron en más de 17.000 millones de dólares estadounidenses. Eso sí, en 2022 ya había logrado alcanzar los valores prepandémicos, llegando incluso a superarlos.
El consumo de productos de cosmética y cuidado personal
El descenso no llama tanto la atención si se considera que la población parece seguir prefiriendo adquirir este tipo de artículos en tiendas físicas, las cuales estuvieron cerradas durante meses debido a las restricciones en 2020. Y es que a pesar del auge de las
plataformas online —que se prevé se potencie todavía más en el futuro cercano hasta finalmente superar a los establecimientos convencionales a partir de 2026—, menos de la mitad de las ventas globales de delineadores, pintalabios y similares se realizaron a través de Internet entonces. En 2023, por su parte, la cuota fue incluso inferior, llegando al 40%. En el campo del
cuidado de la piel, en cambio, el comercio electrónico tiene aún un arduo camino por delante en aras de sobrepasar a las compras offline. Eso no ha impedido, eso sí, que este segmento se siga afianzando como la principal fuente de ingresos del mercado cosmético. En concreto, es responsable del 40% de la facturación anual de la industria.
En cuanto al país más asiduo a utilizar productos de belleza, Japón es el que ostenta dicho título. Los ciudadanos nipones gastan de media alrededor de 335 euros cada uno en la compra de maquillaje, perfumes y cremas diversas. Pese a ello, no es el este asiático, sino el norte el que, junto con América del Norte, mayor peso tiene en el sector mundial. En 2023, dichas zonas geográficas generaron, cada una, cerca del 30% del volumen total del negocio cosmético global, con Europa a cinco puntos porcentuales de distancia de ambos. El tercer puesto en relevancia del Viejo Continente no resulta tan sorprendente. A fin de cuentas, muchos de los empresas líderes de la industria en la actualidad nacieron dentro de sus fronteras y más precisamente en Alemania y Francia, que a día de hoy se mantienen como los dos
mayores mercados europeos dentro de la industria cosmética.
L’Oréal, el gigante del mercado cosmético
Hablar de belleza no es posible sin mencionar a L’Oréal. La casa francesa se ha convertido con el paso del tiempo en la
líder indiscutible dentro del sector, con una cifra de negocio que supera en varios miles de millones a la de sus máximos competidores, entre los que se encuentran la británica Unilever o las estadounidenses The Estée Lauder y Procter & Gamble. Su claro dominio se debe, en gran parte, al gran posicionamiento de
L’Oréal Paris, que encabeza la clasificación de las marcas más valiosas dentro del terreno del cuidado personal. Eso sí, no es el único nombre perteneciente a la multinacional gala que aparece en el ranking. La marca de lujo Lancôme, Garnier, conocida sobre todo por sus artículos capilares, y Maybelline están también entre las 15 primeras. Si se habla de fortaleza, sin embargo, es la brasileña
Natura & Co la que se impone, con una puntuación de BSI de 89 sobre 100, aunque eso no significa que el gigante francés este ausente. Una de sus marcas más exclusivas, Lancôme, y su mítica L'Oréal lograron colarse en la segunda y cuarta posición, respectivamente.
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